"No tienes que ser bueno.
No tienes que caminar de rodillas
por unas cien millas a través del desierto, arrepintiéndote.
Solo tienes que dejar al suave animal de tu cuerpo
amar lo que ama.
Cuéntame sobre la desesperanza, la tuya, y te contaré la mía.
Mientras tanto el mundo continúa.
Mientras tanto el sol y las claras piedras de la lluvia
se mueven a través de los paisajes,
sobre las praderas y los árboles profundos,
las montañas y los ríos.
Mientras tanto las ocas salvajes, elevadas en el limpio aire azul,
se dirigen de nuevo a casa.
Quienquiera que seas, no importa cuán solo estés,
el mundo se ofrece a tu imaginación,
te llama como las ocas salvajes, emocionante y ávido,
una y otra vez, anunciando tu lugar
en la familia de las cosas".
Mary Oliver.
Tabla 122x80 cm. Óleo.
Es tan buena la poesía como el cuadro. Geniales ambos. Un acierto el acompañar las palabras con las pinturas. Enhorabuena.
ResponderEliminarLa poesía y la pintura hacen perfecto juego, ambas son artes. Gracias por dejar tu comentario.
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